Jueves
2 de mayo.
La
madrugada del jueves nos encuentra todavía en el patio de la casa
del Pato, muy de asado del Día del Trabajador.
El
Pato está casado. Vive con su mujer Cecilia y tienen un pibe de diez
años: Mateo. Esta noche, Cecilia cenó adentro (afuera estaba
fresco) y Mateo se la pasó en la Play hasta que a las once la madre
lo mandó a dormir. Nosotros cinco nos hemos quedado un rato más (no
mucho, al otro día se trabaja), haciendo sobremesa y cargándolo al
Tincho, que se ha quedado afuera del recital del Indio por tener el
casamiento de su hermano en Córdoba. Qué puta casualidad. Justo el
mismo día: sábado 14 de setiembre.
–
Miralo de esta forma
– advierte el Bruno–: todos vamos a estar en misa. Vos en Córdoba
y nosotros en el Malvinas.
–
Pero en la fiesta te
ponen los Redondos – dice el Facundo –. ¿Cómo no van a poner
“Susanita” en homenaje a la novia?